Un viaje a través del tiempo con secretos, anécdotas y detalles que quizás no conocías sobre esta joya del cine ochentero.
El 3 de julio de 1985, el mundo vio por primera vez cómo un DeLorean podía romper las leyes del tiempo. ‘Back to the Future’ (‘Volver al Futuro’ en Latinoamérica) se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural, marcando a toda una generación de cinéfilos y dejando una huella imborrable en la historia del cine.
A cuatro décadas de su estreno, la película dirigida por Robert Zemeckis y escrita junto a Bob Gale sigue siendo una obra maestra del entretenimiento, repleta de ingenio, emoción y detalles que han fascinado tanto a fans como a expertos. Para celebrar sus 40 años, reunimos 40 datos curiosos que quizás no conocías sobre esta icónica historia de viajes temporales.
Al ver las fotos, se preguntó si él y su papá habrían sido amigos de adolescentes. Esa reflexión fue la chispa inicial que dio origen al guion de ‘Back to the Future’.
En los primeros borradores del guion, la máquina del tiempo era una cámara que cabía en un refrigerador. La idea fue descartada por razones de lógica narrativa y también por seguridad: temían que los niños intentaran imitar la escena y se encerraran en electrodomésticos. Finalmente, el DeLorean ganó por su aspecto futurista y sus puertas tipo ala de gaviota, que le daban un aire especial.
Eric Stoltz fue originalmente elegido para el papel principal y filmó durante cinco semanas. Sin embargo, su enfoque dramático contrastaba con el tono ligero que buscaban los creadores. Michael J. Fox siempre fue la primera opción, pero no estaba disponible por compromisos con la serie ‘Family Ties’. (‘Lazos Familiares’ en Latinoamérica) Finalmente, se llegó a un acuerdo para que pudiera participar… y el resto es historia.
El compromiso con ‘Family Ties’ no le permitió dejar la serie, así que durante semanas filmó la comedia de día y ‘Back to the Future’ por las noches, durmiendo muy poco. A pesar del agotamiento, Fox nunca perdió la energía que lo hizo perfecto como Marty, y muchas escenas incluso mejoraron gracias a su entrega incansable.
El actor casi no se presenta al casting, y fue su esposa quien lo animó. Leyó el guion en el auto, camino a la audición, y le pareció tan original que aceptó casi de inmediato. Su visión excéntrica del Doc Brown le dio una dimensión icónica al personaje.
En los primeros guiones, la mascota de Doc Brown era un chimpancé llamado Shemp. Sin embargo, un ejecutivo de Universal sugirió que “ninguna película exitosa había tenido un chimpancé” y se optó por un perro, idea que terminó siendo mucho más efectiva y cercana para el público.
Fue una improvisación que surgió durante las primeras lecturas. A Christopher Lloyd le gustaba cómo sonaba como una exclamación antigua, y el equipo decidió adoptarla como marca registrada del Doc.
Un ejecutivo de Universal Pictures propuso cambiar el nombre de la película a ‘Spaceman from Pluto’, convencido de que ‘Back to the Future’ no tenía sentido comercial. Steven Spielberg lo ignoró elegantemente, fingiendo que se trataba de una broma. Así se mantuvo el título que hoy es sinónimo de cine de aventuras.
Además de componer el tema principal ‘The Power of Love’, Huey Lewis hace un cameo como el estricto jurado de la audición escolar. Irónicamente, es él quien le dice a Marty que su banda suena “demasiado fuerte”.
En el guion original, Marty viajaba al futuro gracias a una explosión nuclear. Pero el presupuesto no alcanzaba para esa escena. Entonces, Zemeckis y Gale idearon la caída de un rayo, que no solo era más económica, sino mucho más emocionante y visualmente memorable.
Crispin Glover (George McFly) fue clave para darle a la película ese toque raro e incómodo que tanto se recuerda. Sin embargo, su relación con el equipo no fue sencilla: tenía diferencias con el guion (no le gustaba el final “materialista”) y con Zemeckis. Aunque su actuación se mantuvo en la primera película, su negativa a regresar para las secuelas derivó en un uso polémico de imágenes reutilizadas y prótesis. Esto llevó a Glover a demandar a los productores, en un caso que terminó cambiando las reglas sobre el uso de la imagen de actores en Hollywood.
El icónico edificio del “Hill Valley Courthouse” no fue construido desde cero, sino que es parte del backlot de los Universal Studios en Hollywood. Se usó en otras películas y todavía puede verse en los tours del estudio. Con los años, se convirtió en un punto de peregrinación para los fans.
Zemeckis y Gale querían un nombre simple y fácil de recordar, que contrastara con la extravagancia del personaje. “Emmett Brown” sonaba común, pero servía para subrayar que hasta alguien aparentemente ordinario podía ser un genio revolucionario.
Para incluir la famosa canción de Chuck Berry en la escena del baile, la producción debió negociar los derechos después de haber filmado. Afortunadamente, obtuvieron el permiso, y la secuencia donde Marty la interpreta con su guitarra se volvió una de las más recordadas del cine.
Aunque en esta película aún no eran autoajustables, las Nike que usó Michael J. Fox se volvieron un símbolo. Años más tarde, Nike lanzó ediciones especiales de las zapatillas de la saga, y una versión con cordones automáticos fue subastada para fines benéficos.
Aunque ahora parece un blockbuster, ‘Back to the Future’ se realizó con un presupuesto relativamente modesto de 19 millones de dólares. Para lograr efectos impactantes y sets convincentes, el equipo debió recurrir a soluciones ingeniosas que demostraron que la creatividad muchas veces pesa más que el dinero.
Para lograr ese rugido tan particular cuando el auto entra en acción, el equipo de sonido mezcló grabaciones de motores de autos eléctricos, cámaras vintage, taladros industriales y hasta el despegue de un avión a reacción. El resultado fue una firma sonora inolvidable.
Aunque en la ciencia se pronuncia “jigawatts”, Christopher Lloyd lo dijo con una “G” dura, como estaba escrito en el guion. Su forma exagerada de pronunciarlo fue tan contagiosa que miles de fans comenzaron a adoptarla tal cual, convirtiéndola en una de las frases más icónicas de la película.
En una época previa al CGI, el equipo de efectos visuales creó varias versiones físicas de la misma fotografía, con los personajes progresivamente desvanecidos. Cada una fue filmada cuadro por cuadro para simular la desaparición, un trabajo artesanal que hoy sería digital, pero que en 1985 fue pura magia analógica.
Ambos creían que una continuación podía arruinar el encanto de la primera. Especialmente no querían desarrollar una historia centrada en el matrimonio de Marty y Jennifer. Solo aceptaron hacer las secuelas cuando se les ocurrió la idea de los viajes múltiples entre pasado, presente y futuro.
En la icónica escena donde Marty trata de asustar a su joven padre con un walkman y un “mensaje alienígena”, el audio que le pone pertenece a un solo de guitarra real grabado por nada menos que Eddie Van Halen. Aunque el cassette dice “Van Halen”, en realidad no era una canción publicada oficialmente, sino una pieza instrumental que el guitarrista accedió a grabar exclusivamente para la película. Un detalle breve, pero que suma a su espíritu ochentero total.
Aunque luce veloz y aerodinámico en pantalla, el auto era realmente pesado y poco funcional. Además, la versión del set incluía modificaciones electrónicas que lo hacían aún más difícil de manejar. Muchas de las tomas de acción debieron ser aceleradas en postproducción.
Aunque no se llevó el Oscar en esa categoría, ‘Back to the Future’ fue elogiada por sus efectos prácticos, su edición minuciosa y su capacidad para mezclar escenas del pasado y presente con sorprendente fluidez visual.
Para dar vida a Doc Brown, Christopher Lloyd se inspiró en figuras reales como Albert Einstein y Thomas Edison. Tomó de Einstein la melena desordenada y de Edison el aire de visionario incansable. También sumó referencias menos obvias, como el director de orquesta Leopold Stokowski, cuya forma apasionada de moverse influyó en los gestos teatrales del personaje. El resultado: un científico loco entrañable, desbordante de energía, que se volvió inolvidable.
Se promocionó como ‘Back to the Future: The Return of the Flying Car’, enfatizando el aspecto futurista del DeLorean. Las campañas internacionales solían destacar distintos elementos según el mercado.
Cuando Marty llega en 1985, el lugar se llama “Twin Pines Mall”. Pero luego, en 1955, derriba uno de los pinos con el DeLorean. Al volver al futuro, el centro comercial se llama “Lone Pine Mall”. Es un detalle sutil, pero brillante.
Durante el desarrollo, Ford ofreció pagar para que se usara una de sus pickups como la máquina del tiempo. Zemeckis se negó rotundamente, convencido de que el DeLorean tenía el aspecto perfecto para un viaje temporal.
Aunque audicionaron varios actores, Thomas F. Wilson impresionó tanto con su presencia y humor físico que el personaje de Biff terminó adaptándose a su estilo. Su versatilidad lo llevó a interpretar no solo a Biff, sino también a sus versiones joven, ancestro y descendiente en las secuelas. Irónicamente, fuera de cámara, era uno de los más simpáticos del elenco.
Aunque nunca se menciona en la película, su nombre completo es Emmett Lathrop Brown. Un dato que solo los fans más detallistas conocen y que añade profundidad al personaje.
La icónica placa del DeLorean fue diseñada especialmente para la película, pero luego se convirtió en una de las placas personalizadas más solicitadas en Estados Unidos. Algunos fans la usan hasta hoy.
Desde su forma de caminar hasta la manera de gritar “¡1.21 gigawatts!”, Lloyd creó una personalidad que no estaba del todo en el guion. Agregó miradas perdidas, expresiones exageradas y hasta silencios incómodos que hicieron del Doc un personaje entrañable y único.
Zemeckis y Gale trabajaron intensamente durante seis semanas para tener listo el primer borrador. A pesar del corto tiempo, lograron construir una historia sólida, ingeniosa y emocionalmente efectiva.
Steven Spielberg respaldó el proyecto desde el inicio, y fue su influencia la que permitió que Universal apostara por la película. Sin embargo, dejó que Zemeckis y Gale dirigieran el rumbo creativo con total libertad, algo poco común para un productor de su talla.
Durante el verano de 1985, fue imbatible en la taquilla estadounidense, manteniéndose en la cima durante casi tres meses seguidos. Terminó como la película más exitosa del año.
En la escena del baile, usa una Gibson ES-345, modelo que se fabricó recién en 1958. Es un anacronismo intencional que pocos notaron en su momento, pero que los fans más minuciosos identificaron luego.
Aunque no alcanzaron el éxito de las películas, estos productos extendieron el universo de ‘Back to the Future’ en los años 90. Hoy son piezas de colección para fanáticos.
El final, con Doc apareciendo y llevándose a Marty y Jennifer al futuro, fue pensado como un gag final. Solo tras el éxito rotundo de la primera película, los estudios exigieron una secuela, y ahí comenzó la construcción de la trilogía.
Algunos ejecutivos creían que la escena entre Marty y Jennifer restaba ritmo al final. Zemeckis insistió en dejarla, y hoy es parte del cierre emocional del personaje.
En 2007, fue incluida en el National Film Registry por su importancia cultural, histórica y estética. Es una de las películas más jóvenes en recibir ese honor.
Desde paradojas temporales hasta universos alternativos, la película continúa alimentando foros, ensayos y videos en YouTube. Su legado intelectual crece con el tiempo, al igual que su influencia en nuevas generaciones de narradores.
‘Back to the Future’ no es solo una película de ciencia ficción: es un viaje a la infancia de muchos, una lección sobre las consecuencias de nuestras decisiones y un brillante ejemplo de creatividad cinematográfica. Cuatro décadas después, su encanto sigue intacto, y cada nueva generación encuentra motivos para enamorarse de esta historia.
Así que, si tienes un DeLorean a mano (o simplemente un control remoto y una suscripción de streaming), te invitamos a regresar a 1985 y redescubrir por qué ‘Back to the Future’ es, literalmente, una película atemporal.