En la película dirigida por Sergey Bodrovencontramos personajes que ya son comunes en este género como el aprendiz, el maestro y, por supuesto, el villano; sin embargo, un gesto interesante es encontrar su trama situada en un mundo que no es sobrenatural, a pesar de vivir tales sucesos. En él, hay sacerdotes católicos que solicitan exorcismos como medidas extremas y que pagan por ese trabajo a personas como el Maestro Gregory, un “spook”, interpretado por Jeff Bridges, que se encarga de tratar con toda clase de sucesos fantásticos, como brujas, demonios, espectros, entre otros tantos.
Como es de esperar en este tipo de historias, hay un personaje malvado que quiere controlar/destruir/cambiar el mundo humano. En esta ocasión, la labor cae en manos de Julianne Moore, con el personaje de Madre Malkin quien es una poderosa bruja con la capacidad de transformarse en un dragón. La cinta inicia con Gregory encerrando a Malkin por lo que pareciera ser una eternidad, pero pronto nos damos cuenta que una simple jaula no es suficiente para encerrar a la madre de todas las brujas.
Entonces Gregory ¿qué debe hacer? Claro, destruirla. Pero no puede solo, entonces busca al séptimo hijo del séptimo hijo, que en este caso es el joven Tom Ward, interpretado por Ben Barnes, para darle un entrenamiento relámpago para salvar a la humanidad.
Suena y parece sencillo…pero es todo menos eso.
La trama no es tan ajena a la gran cantidad de sagas épicas que hemos visto en la última década. Vale la pena resaltar que si bien no se tratan los sitios con nombres propios, la apariencia de los lugares y sus habitantes es una muy cercana a lo que llamaríamos Edad Media.
El personaje de Jeff Bridges es una clase especial de caballero que, por supuesto, cumple con su deber, asistiendo a personas en peligro y buscando siempre el bien sin importar la situación. También pasa su conocimiento de una generación a otra, y el personaje de Ben Barnes resulta ser un recipiente excepcional y único de esta información, en la trama de la historia.
Ahora, para ver una película de estas hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿le está aportando algo nuevo al género? La respuesta es un firme ‘no’.
Acostumbrados como estamos a las sagas fantásticas podemos ir un paso adelante de la acción y prever qué es lo que va a pasar después. Los personajes ya son característicos de encontrar en producciones como ‘Narnia’ o el mismo ‘Lord of the Rings’ (hay que ver que el personaje de Bridges recuerda en ocasiones a Gandalf), y creo que va a llegar un punto en el que creamos que todas estas historias suceden en el mismo lugar porque las locaciones son las mismas: montañas nevadas, bosques, lagos, tierras frías, etcétera.
Hollywood sigue exprimiendo la minita de oro que son las adaptaciones literarias, pero parece que estamos por estancarnos porque de nuevo la película no tiene nada excepcional. Hasta el romance ve el final al que estamos ya acostumbrados.